martes, 5 de enero de 2010

ANTES DEL DESAYUNO

Con la pesadumbre aun de la angustiosa mañana en los ojos, logro verte; de pie con tu taza de café.

Se me comprime el pecho, quiero gritar pero no puedo.

Un grito, un grito ahogado, el aullido que se reprime, que no tiene fuerzas para salir y liberarse. Ese gemido que se silencia al verme en tus ojos, al conocerte y re-conocernos.

Esta historia que se repite todas las mañana; esta mañana.
Que comienza apenas entran los primeros rayos de luz por la umbrosa ventana.

Y se cuela el mido.

Ese miedo al despertar. Al abrir los ojos y ver esta realidad, que envuelve, que asfixia y petrifica. Abrir los ojos y ver que este hogar, nuestro hogar se ha convierte en una ratonera en la que hemos entrado ciegamente.

Miedo, ese miedo que siente Hamlet al ver que todo esta podrido en Dinamarca, ese miedo que siente Kafka al despertar siendo un insecto, encerrado en su hogar.

Y el miedo se transforma en horror.

El horror que nos orilla a saltar al abismo y no ver otro amanecer.

Juan Carlos Cuéllar
Apunte a partir del texto
Antes del desayuno
de Eugene O´neill.

Fotografía: Erick Hernández

-o-
Foro Shakespeare
Zamora 7 col. Condesa
México, D.F.

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